miércoles, 21 de enero de 2015

Pvest

Los seres humanos llevamos ingiriendo alimentos fermentados durante miles de años, el tiempo necesario como para que unas bacterias denominadas Bacteroides thetaiotomicron adquiriera la capacidad de digerir la complicada pared celular que envuelve a las levaduras. De hecho,estas bacterias son prácticamente únicas, ya que solo se encuentran en el intestino de los seres humanos.
Por tanto, estas bacterias que han evolucionado para digerir las levaduras presentes en los alimentos fermentados nos defienden a su vez de diversas enfermedades infecciosas que son producidas por levaduras.
Además, también nos pueden ayudar a combatir enfermedades autoinmunes (aquellas en las que nuestras defensas se despistan y acaban atacando a nuestras células en lugar de los gérmenes) como, por ejemplo, la enfermedad de Crohn, donde diferentes partes del tubo digestivo se inflaman ocasionando dolor en el área del vientre, fiebre, fatiga, pérdida del apetito y demás síntomas intestinales.

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